Derecho a no declarar
1. ¿Qué es el derecho a no declarar y cómo se aplica en el sistema legal?
Introducción al concepto
El derecho a no declarar es una garantía procesal que permite a una persona investigada o acusada de un delito abstenerse de responder preguntas o proporcionar información que podría incriminarle.
Este derecho es una manifestación del principio de «nemo tenetur se ipsum accusare», que significa que nadie está obligado a incriminarse a sí mismo. En muchos sistemas legales, incluyendo el español, este derecho es fundamental, para garantizar el derecho de defensa del acusado durante el procedimiento penal.
Fundamentos legales
En el ordenamiento jurídico español, el derecho a no declarar está protegido por varios instrumentos legales:
- Constitución Española: El artículo 24.2 establece que todos tienen derecho a la defensa y a no declarar contra sí mismos ni a confesarse culpables.
“Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión.
Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia.
La ley regulará los casos en que, por razón de parentesco o de secreto profesional, no se estará obligado a declarar sobre hechos presuntamente delictivos.”
De los derechos y deberes fundamentales, art. 24.
- Ley de Enjuiciamiento Criminal: En diversos artículos, esta ley regula la aplicación práctica de este derecho durante las etapas del proceso penal.
- Convenios Internacionales: Instrumentos como el Convenio Europeo de Derechos Humanos también refuerzan esta garantía, destacando la importancia de un juicio justo.
Contexto histórico
Históricamente, el derecho a no declarar ha evolucionado como una protección contra los abusos y la tortura que eran comunes en los procesos judiciales antiguos.
Durante la Inquisición y otros periodos de represión, los acusados eran frecuentemente obligados a confesar bajo coacción. La evolución de los derechos humanos y las garantías procesales modernas ha llevado a la consolidación de este derecho como un pilar fundamental de los sistemas judiciales democráticos.
Importancia para los acusados
El derecho a no declarar es crucial para preservar la equidad y justicia en los procesos penales. Este derecho permite a los acusados protegerse contra posibles manipulaciones, coerciones y errores judiciales.
Algunas de las razones por las cuales este derecho es fundamental incluyen:
- Protección contra la autoincriminación: Permite al acusado que no tenga que proporcionar información o datos que podrían ser utilizados en su contra.
- Preservación de la presunción de inocencia: Mantiene la carga de la prueba sobre la acusación -lo que significa que es la acusación la que debe demostrar la culpabilidad de una persona, sin que el acusado tenga que acreditar su inocencia-, garantizándose de que no se puede considerar culpable a una persona por el simple hecho de ser acusada.
- Salvaguarda de los derechos humanos: Refuerza otros derechos fundamentales, como el derecho a un juicio justo y el derecho a la defensa adecuada.
2. Situaciones comunes donde se puede ejercer el derecho a no declarar
El derecho a no declarar se presenta como una protección crucial para cualquier persona acusada de un delito, y su ejercicio es fundamental en varias etapas del proceso penal.
En primer lugar, durante la detención, el individuo tiene el derecho de no declarar ante la policía. Este momento es crítico, ya que cualquier cosa que diga el detenido puede ser utilizada en su contra posteriormente en el juicio. Por ello, es fundamental que los detenidos conozcan y ejerzan su derecho a guardar silencio, evitando así proporcionar información que podría complicar su situación legal, sobre todo porque en ese momento incipiente de la investigación puede desconocer las pruebas que existen en su contra, siendo fundamental que el detenido esté bien asesorado por su letrado defensor antes de prestar declaración.
Durante la fase de instrucción del procedimiento judicial, la persona investigada deberá acudir al juzgado para prestar declaración ante el juez, pudiendo igualmente en esa diligencia acogerse a su derecho a no declarar si no quiere. Tiene muchas opciones, en función de la estrategia de defensa.
Protege tus derechos con la experiencia y el compromiso de los mejores.
En el despacho Joan Castelló Abogados Penalistas, con más de 40 años de trayectoria en Barcelona, defendemos tus intereses con rigor y profesionalidad. Contacta con nosotros hoy mismo y descubre cómo podemos ayudarte a proteger tus derechos.
Puede elegir, previo el asesoramiento de su abogado, declarar y contestar a todas las preguntas que le formulen el juez, el ministerio fiscal, la acusación particular (si es que está comparecida) y su letrado defensor, o bien, optar por contestar solo a alguna de las referidas personas (por ejemplo, al juez y a su abogado), evitando las preguntas de las acusaciones, o incluso únicamente contestar al letrado defensor, para evitar tener que dar respuesta a preguntas imprevistas, incómodas o contrarias a sus intereses. Esta última elección puede muy ser útil y práctica para garantizar que el investigado diga solo aquello que interesa para su defensa.
3. Derecho a no declarar como estrategia
En muchos casos, los abogados defensores aconsejan a sus clientes no declarar, especialmente si consideran que la acusación no ha presentado indicios suficientes de criminalidad o si no tienen un conocimiento exacto de las pruebas existentes en contra del investigado. Al no declarar, el acusado mantiene la carga de la prueba en la acusación, reforzando la presunción de inocencia que le ampara.
Es crucial que un abogado penalista especializado asesore al investigado de cuándo es conveniente declarar y de qué manera debe hacerlo, decidiendo a quién contestar y a qué preguntas debe dar respuesta y cuáles no.
La declaración más relevante es la del juicio oral, donde se practica como prueba la declaración del acusado. Con independencia de lo que haya hecho durante la fase de instrucción, haya o no declarado en el juzgado de instrucción, en el juicio oral -que se celebra ante un juez distinto- el acusado podrá nuevamente optar por declarar, acogerse a su derecho a no hacerlo, o contestar únicamente las preguntas que le formule, por ejemplo, el juez y su abogado, o solo las de su abogado.
4. Consecuencias legales de ejercer el derecho a no declarar
El ejercicio del derecho a no declarar puede tener múltiples consecuencias legales, tanto positivas como negativas, dependiendo del contexto específico del caso y de la estrategia de defensa adoptada. Al optar por no declarar, el acusado está ejerciendo una protección fundamental contra la autoincriminación, lo cual es un pilar esencial en cualquier sistema judicial que respete los derechos humanos.
En el proceso judicial, el impacto de ejercer este derecho puede variar. Desde una perspectiva defensiva, mantener el silencio puede evitar que el acusado haga declaraciones que puedan ser malinterpretadas o que contradigan otras pruebas presentadas.
Esto es especialmente relevante cuando la defensa considera que la acusación no ha logrado presentar pruebas contundentes. Al no declarar, el acusado no proporciona elementos adicionales que la fiscalía o la acusación particular pueda usar para fortalecer su tesis acusatoria. Este silencio obliga a las acusaciones a basarse exclusivamente en las pruebas que ha reunido, sin la posibilidad de que el acusado, sin querer, debilite su propia posición.
Sin embargo, subjetivamente, no declarar también puede ser interpretado de diversas maneras por la acusación, el juez o el jurado. Obviamente que acogerse al derecho a no declarar es una estrategia legítima que se encuentra amparada como derecho fundamental en la Constitución, y que no debe tener una lectura en contra del acusado. Ahora bien, ciertamente, el hecho de que el acusado no ofrezca una versión exculpatoria o no dé una explicación en contra de los hechos delictivos que se le atribuyen puede ser entendido como una señal de culpabilidad, aunque nunca puede utilizarse ese derecho a no declarar como base para enervar la presunción de inocencia.
Por ello, es fundamental que los abogados defensores expliquen claramente a sus clientes las posibles implicaciones que pueden conllevar las distintas opciones que tienen a la hora de enfrentarse a un interrogatorio, ya sea ante la policía, en el juzgado instructor o en el acto del juicio oral.
Otro aspecto importante a considerar son las estrategias de defensa. Optar por no declarar puede ser parte de una táctica más amplia, donde la defensa se centra en resaltar las debilidades del caso presentado por la acusación. En este sentido, el silencio del acusado no es una mera ausencia de respuesta, sino una elección estratégica destinada a preservar la coherencia y solidez de la defensa.
Por otro lado, no declarar puede también tener desventajas, especialmente en situaciones donde el testimonio del acusado podría proporcionar explicaciones clave o contextos que podrían influir positivamente en la percepción del juez o tribunal.
En algunos casos, el acusado puede tener información crucial que, si se presenta de manera adecuada, podría desmontar las acusaciones o al menos sembrar dudas razonables. La decisión de no declarar debe ser cuidadosamente considerada en función del caso específico y de las pruebas disponibles.
5. Diferencias entre el derecho a no declarar y otros derechos del acusado
El derecho a no declarar se distingue claramente de otros derechos fundamentales del acusado, aunque todos ellos interactúan para formar una defensa robusta y justa. Este derecho, específicamente, protege al acusado de ser obligado a proporcionar información que pueda ser usada en su contra.
En contraste, el derecho a un abogado garantiza que el acusado tenga acceso a un asesoramiento legal competente en todo momento, lo cual es esencial para ejercer adecuadamente una defensa adecuada.
El derecho a la presunción de inocencia es otro principio fundamental del Derecho Penal, que establece que toda persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad. Este derecho coloca la carga de la prueba sobre la acusación y está estrechamente relacionado con el derecho a no declarar, ya que evita que el silencio del acusado sea interpretado como una señal de culpabilidad. La presunción de inocencia refuerza el principio de que el acusado no debe ser penalizado por optar por el silencio.
El derecho a la defensa es más amplio y abarca múltiples aspectos, incluyendo la posibilidad de proponer y presentar pruebas y testigos a lo largo de todo el procedimiento, y de contrainterrogar a los testigos de la acusación, pudiendo intervenir el abogado defensor en todas las pruebas que se practiquen, con independencia de la parte que las haya propuesto..
Este derecho se complementa con el derecho a no declarar, ya que permite que el abogado defensor construya una estrategia sin que el acusado se vea forzado a hablar. Ambos derechos trabajan en conjunto para asegurar que el acusado tenga la oportunidad justa de defenderse.
Por último, otros derechos procesales, como el derecho a ser informado de la imputación y a tener un juicio justo, también interactúan con el derecho a no declarar.
Estos derechos garantizan que el acusado esté plenamente informado de los hechos y los delitos que se le atribuyen desde el inicio del procedimiento y que el proceso judicial sea transparente y equitativo. La interacción entre estos derechos crea un marco de protección integral que defiende los intereses del acusado y asegura un juicio justo e imparcial.
6. Consejos prácticos para ejercer el derecho a no declarar
Ejercer el derecho a no declarar de manera efectiva requiere una comprensión clara de las circunstancias y una estrategia bien planificada.
En primer lugar, es fundamental que el investigado busque asesoramiento legal especializado inmediatamente después de ser detenido o citado para declarar en condición de imputado. Un abogado penalista puede ofrecer orientación específica sobre cuándo y cómo ejercer este derecho, asegurando que el investigado no haga declaraciones que puedan perjudicarle.
Es vital que el acusado siga las recomendaciones de su abogado y no se deje llevar por la presión del momento para hablar. Durante los interrogatorios, el investigado debe recordar que tiene el derecho de no responder a alguna o algunas de las preguntas que se le formulen y que tiene el derecho a hablar reservadamente con su abogado en cualquier momento para que le asesore sobre si conviene o no contestar. Y es que aún en el caso de que opte por declarar y contestar a las preguntas, en cualquier momento puede negarse a seguir declarando o puede negarse a contestar alguna pregunta concreta.
Uno de los errores comunes que debe evitarse es hablar sin haber sido asesorado por el abogado defensor. Las declaraciones impulsivas sin consejo previo del letrado pueden tener consecuencias negativas para el desenlace del procedimiento.
Protege tus derechos con la experiencia y el compromiso de los mejores.
En el despacho Joan Castelló Abogados Penalistas, con más de 40 años de trayectoria en Barcelona, defendemos tus intereses con rigor y profesionalidad. Contacta con nosotros hoy mismo y descubre cómo podemos ayudarte a proteger tus derechos.